divendres, 29 de desembre del 2017

Barcelona

Barcelona en cambio is in the middle...
Bajo un cielo prístino, suspendida entre el calor y el frío.
Decidiendo cada amanecer si será dulce como el turrón o salada como las palomitas.
Si querrá ser intrincada como un shawarma con todo u ordenada como una ensaïmada. 
Bohemia con vermut o señorita con gin tonic. 
Vendida con big mac u orgullosa con crema catalana, 
clon con ramen o clown con boloñesa...
Si al anochecer será gata o perra.. 
nice girl de postre o kink de gozosa almeja.
Yo me siento, sororizada, junto a ella, con mi media vida puesta 
y la vista puesta en la otra media.
KPV Desembre/2017

dilluns, 4 de desembre del 2017

Perquè tu, no

Mira que m'agradava del teu somriure
d'ulls
de llavis ganuts
tot.
I com el profanaren les teves paraules.

--

Plou.

Si surto
Si s'esllavissa
del meu cos
l'amor.
De quin color serà
arrapat dins meu
el teu odi?


--

Estima'm tu primer,
no tu si us plau,
no tu,
d'acord, però no et quedis enrere, eh
tranquil·la vés passant...


KPV Desembre/2017


diumenge, 3 de desembre del 2017

Qué disgusto somos

Qué disgusto somos
hoy
aunque seamos algo
no somos nadie.

No
en cuanto hablas con la selva
y sólo allí
no encuentras salvajes.

Si los gritos en la noche
ahí afuera
de los vástagos arrojados
en nuestra ignorancia perpetua,
no nos representan.

Dime
qué somos
además de la angustia
de nuestras propias cadenas.

Si no sabemos rescatarnos
de nuestras mentiras indetectables
disimulando fugazmente nuestros miedos
falsamente enaltecidas
complaciéndonos en la compartición de las aversiones
hoy, dime,
con esta segunda endiosada esclavitud
qué disgusto somos.

KPV Octubre/2017

dimecres, 29 de novembre del 2017

Sóc feliç

He descobert que sóc francament feliç
si puc
i em deixo
atrapar en un delerós brull de l'experiència
viscuda amb aquella part de mi, en silenci,
on les barreres són de la meva vista que ja em falla,
i els dubtes de color o de llargària,
ja no pas mai de fracassos i temences.

Llavors.
Anhelo no res, a banda potser, de temps
per fer tot el que abans només vanejava,
on les meves visions,
ara que tenen forma,
ara que saben que poden existir més enllà del meu resguard
encara s'han tornat més fortes
i s'acumulen,
més aviat s'amunteguen,
sobre el fil del meu llit tan aviat com el sol s'apropa...
fins que ja no puguin respectar la nit i s'abraonin concupiscents
i distingir si visc el somni o somnio la vida,
tan poc m'importi.

Potser havia de sobrepassar la mort per a ser feliç.
Però jo
petitejada pels mots dels porucs
no gosava trepitjar-la en el seu somni.

He descobert que ser feliç
és una sensació tan minúscula
que no calen gaires trastos
per a portar-la
ni moltes atencions per a obtenir-la.
És un goig petit
que la ment només frega quasi sense adonar-se
i que el cor menysté ocupat en les seves preuades batalles.

La meva felicitat
és més de peus i mans atrafegades
i viu
bressolant les seves potetes de gata
arrepenjada al meu somriure.


KPV Novembre/2017






dimarts, 19 de setembre del 2017

Parecía amor. Pero duele más que si lo fuera.

Igual de mentira fue, igual de falaz sigue siendo.
Parecía amor y sigue sin serlo.
Pues duele. Duele más que si lo fuera.
Duele y sigue insistiendo: en quedarse y llamarse amor, sin merecerlo.
Y por no serlo, por no tener un nombre propio, digno de ser nombrado,
es tan difícil despegárselo de dentro.

Podría llamarlo bruma, porque de nada era su sustento.
Porque apenas la luz la traspasaba, arremolinaba capas y se escondía.
Porque así podía ser un gigante capaz, el disfraz del chico lamento.
Porque así podía no presentarse, la normal humana persona que había.
Así, disimulada, soslaya la bruma el posible rechazo y su tormento.

De autenticidad no sabe la bruma. No sabe, es sólo una fantasía.

Pero a los que nos gusta más soñar,
a los que nos cuesta despertar y soportar el dolor de la vida,
la bruma nos engaña sin reparo.
Y luego ves a reclamar: "Lo siento niña,
ya sabes cómo somos, los que somos... así de raros"
Pero no, yo no lo sabía.
"Deberías... nadie te pidió que fueras buena conmigo"
Como si la existencia de bondad fuera una excusa para la maldad,
o su consentimiento.

¿Acaso debe comenzarse el amor
con sospechas, recelos y corazas?
Esa excusa nos dan, quien con su ligereza, nos dañan.

"Si te dejas engañar, es tu culpa" - dice la bruma -, "no mi saña"
"¿Acaso no eres capaz de intuir, que yo no valgo nada?
Que yo me escondo aquí, porque nada creo ser
y tú me amas así, porque es más fácil amar a una ilusión
y perfecta imaginarla
que amarme a mí!".
Que parezca tener razón el chico bruma, no lo libra de su carga.

Pero ¿De qué sirve que te escondas ahí
para engañar y sentirte amado en tu mentira,
si al final eso te va a frustrar
y me vas a hacer pagar ese dolor, con tu ira?
Yo no puedo saber si amarte a ti hubiera sido peor
si nunca le has mostrado la piel de tu alma
al sol.

"¿Y caer en el maltrato de otra bruma? ¡Ni loco!"
Ah vaya... lo confiesas.
Que son ofensas tus empresas.
Mostrarse tal cual eres, merece para ti, respeto, poco.
Y tú hablabas de ser certezas.
Ahora comprendo:
todo lo que dijiste que no soportarías,
era una descripción de lo que eras.


No era buen momento para amar.
A nadie.
A ti, aún menos.
Y no te equivocabas al pensar que mi amor
tenía tanta sed de dar, como necesidad de consuelo.
Pero no es posible amar, de verdad,
sin quererse a uno primero.

Así que parecía amor y sin duda nunca lo fue.
Y quizás de haberlo sabido
aún así habría caído.
Tan mal aprendida la lección que tomé.
Tan mal adiestrado el instinto.
Que si no llega a ser por su dni distinto,
decir que había visto al mismo bicho, con otro pie.



KPV Setembre/2017



dijous, 31 d’agost del 2017

Evitarte

Evito tocarte con mis palabras.
Evito recordar tu frialdad,
la pesada carga del poder de tu rechazo.
¿Qué dicen de mí tu silencio y tu indiferencia?
Me he vuelto quizás una simple piedra que uno patea
y aparta del camino,
o es que ya lo era.
¿Qué dicen de ti, tu crueldad y maltrato?
Te has vuelto quizás un consumidor narcisista
o es que ya lo eras.

Evito tocarte con mis palabras.
Evito que los silencios entre ellas,
sean el fondo recortado de una memoria
reclamando un prestigio absurdo.
Un lugar entronado en mi pasado
que no son más que fantasías de mi presente.
¿Qué dicen de mí, mis ensueños y deseos?
¿Qué dicen de ti, que tenga algo que ver con quién realmente fuiste?

Evito tocarte con mis palabras.
Ellas, empiezan a olvidar cómo te escribían.
La ilusión se reseca y parece evaporarse.
Se hace difícil rememorarte en intensidad y en sentimiento.
¿Qué queda de ti que fuera auténtico?
¿Qué pude amar que en verdad te perteneciera,
fuera de mi delirio y de tu máscara?


KPV Agost/2017




dilluns, 28 d’agost del 2017

La flor de Pradayava

Para mi queridísima amiga Marga, una de mis más preciadas fuentes de amor.

Pradayava llevaba muchos años viajando cuando llegó a una llanura llena de arbustos en flor. Las inflorescencias de múltiples pétalos tubulados y de colores llamativos y hermosos eran innumerables. La belleza de aquel espectáculo de delicadas estructuras poseía una energía que hizo temblar a Pradayava y sin darse cuenta su brazo se adelantó para hacer suya aunque sólo fuera una de esas flores... pero antes de tocarla se percató de la presencia de un anciano al borde del camino que lo saludaba. 
Se acercó. Ofrecía flores a cambio de una canción. Pradayava estaba pletórico. Él había inventado los cantos, su voz era perfecta y producía en los demás bhannira un placer inigualable cuando cantaba. El anciano, extasiado y agradecido, le regalaría el campo entero de flores, pensaba convencido. 
Cantó, su voz se extendió por el paisaje, inundó de éxtasis el cielo y el agua, la vibración rellenó los huecos de lo invisible, y al instante, todas las flores se marchitaron y se tornaron grises y macilentas. Pradayava se asustó y miró al anciano. Pero allí sólo quedaba una sola flor blanca...

Pradayava la tomó con cuidado entre sus manos y huyó. Lloraba y lloraba la culpa de haber destruido con su canto aquel lugar tan hermoso. Corrió y corrió mientras aceptaba esa verdad tan incómoda: la existencia de la destrucción en su propia belleza, el mal que completaba necesariamente su perfección. Siguió corriendo y después voló durante mucho tiempo, hasta que dejó atrás aquel mundo y otros. Y cuando sus ojos se secaron apenas, se encontró en un lugar desconocido y desértico, en un mundo yermo. Pero la flor necesitaba volver a la tierra. Así que hizo un hueco con sus manos e introdujo su tallo. Se sentó frente a ella y esperó, hablándole, contándole todo lo que sabía de la vida, de otros lugares. Habló durante años, pues Pradayava había vivido mucho y sus historias contenían otras historias llenas de hendiduras que al abrirlas contenían nuevas historias…
Pero un día calló, pues los pétalos empezaron a secarse poco a poco.

El primer pétalo se separó de la flor. Pesaba tan poco que ascendió sobre la tierra y así nació el viento, y de él la voz, los pájaros, las pompas de jabón, las semillas y las ideas originales.
El segundo pétalo le siguió al poco. Pero como el viento ya existía empezó a dar vueltas sin poder parar y así nacieron los ciclos de la vida, las ruedas de las bicis, las órbitas y los rizos, los amigos que regresan y los giróvagos, los gatos y las tostadas con mantequilla. Y por supuesto, la risa contagiosa que no puede parar...

Del tercer pétalo nacieron las montañas y por fin el tacto y las caricias. También las creencias que nos cuesta tanto cambiar, las varas de medir y el placer de los desayunos de buena mañana. Y se cree que también de este tercer pétalo son las sombras, los atardeceres y la compañía.

Hubo dos pétalos que estaban tan pegados, que al secarse cayeron juntos. Y así nació todo lo que no se explica sin el otro, los opuestos y los complementarios. Así nació la soledad, el boxeo, los bocadillos, el ajedrez y la añoranza. Los tándem, las almas gemelas y la simetría, el yin y el yang, los bits y el allioli.

De un pétalo muy pequeño nació el tiempo en ese mundo. Y también como es normal, las arrugas, las obsesiones, el entrecejo y los agujeros negros. Y con el tiempo, se crearon los árboles, los nudos y la siesta, las existencias pequeñas pero completas, las cosas que cambian, las historias del pasado y las fantasías del futuro. 

Y así fueron cayendo todos los pétalos, y así fueron naciendo todas las cosas. Las que conocéis y muchas de las que no sabéis nada, ni debéis...

Hasta que sólo quedó un pétalo.

Y aunque a la flor le parecía insoportable perder al último de ellos, y su resistencia era enorme, finalmente, nació el amor generoso y el pétalo se desprendió, para caer a los pies del tallo. 

Y con él nació todo lo que le era afín: el renacimiento de sus flores hermanas y el perdón, la primera página de una libreta nueva y el vuelo silencioso de las mariposas, el hilo rojo pero también las despedidas y su dolor, los abrazos, los gritos de dos niñas jugando con las olas y el camino de la luz de la luna sobre el mar.. que fue creado, junto a los cantos de las ballenas, los aullidos de las lobas y el valor, cuando el último pétalo lleno de lágrimas de Pradayava se desprendió de la flor más bonita que él, en sus miles de años y viajes, jamás pudo contemplar.

KPV Setembre/2016

dimecres, 28 de juny del 2017

Abuela Amiyana

A poca distancia bajo de la bicicleta.
Quiero presentarlo a Abuela Amiyana.

La de los ojos profundos -me contaron-.

Amiyana, la hormiga,
llena en su interior de recovecos
con alimento para las dudas,
con calor para prender certezas y evaporar engaños.
Escondrijos
donde custodia almas que duermen
mientras sueñan y licúan dilemas.
Cavidades
repletas de exigencias para sentir
de artilugios desacatadores de conductas
de extrañas pociones para 
apasionar el deseo de bailar y cantar
mientras llueve sobre la vida.

Y una reina, llena de instinto.
Que presagia, considera, escucha, juzga y se aflige.
Que palpita, estima, impresiona, compadece y ríe.
Eso dijeron, mientras apretaban sus manos contra el pecho
y agradecían los ojos profundos de Amiyana sobre sus corazones.

-Abuela, quiero acercarte a alguien... -
Ella no quiere nombres, me advirtieron
pues casi nadie conoce realmente el suyo.
El poderoso dentro de nosotros.

Me dice que quiere saber lo que yo siento.
Quién es para mí, aunque no sea todo lo que es.
Y que después calle, para dejarlo ser y llegar a ser.

- Es..., siento..., amor y vacío.
Lo miro y detecto mucha duda y después conocimiento prendido en enojo.
Cuando se destensan unas sogas íntimas, se vuelve hambre y alegría,
y entonces su vendaval me hace sentir satisfacción, entusiamo de tenerlo junto a mí.
Pero también siento alivio, porque una parte de él parece haber desaparecido.
Y es que a veces, es apremio, frustración, y yo titubeo y acabo tropezando.
Y después él me recoge con dulzura y una sonrisa bellísima en los ojos
o me riñe con fastidio y su boca se tiñe de una amargura evocadora.
Es..., siento..., pequeñez o altura, escalones. Aunque caminemos juntos. -

Abuela Amiyana me mira con ojos insondables y quietos.
¿Y no se mezclan?
- me pregunta -
¿No se mezclan el amor y el vacío?

Yo abro mucho la boca, pero no contesto.

Ella me mira. Me mira con una intensidad que me conmueve.

- Entrevéralos, dile.
Cuéntale que yo te dije:
  Vierte el amor sobre todo,
  hasta que casi lo sientas perderse dentro de ti.
  Sí, temerás.
  Y querrás contenerlo, apresarlo como otras veces.
  Controlar su existencia y su desaparición.
  Su viveza, su destino.
  Cuándo arrebatarlo, sustraerlo para castigar o defenderte.
  Cómo regalarlo para premiar o vencer.
  Ser dueño del amor, te crees que puedes.
  Y por eso lo limitas y lo conviertes en esa raquítica versión de sí mismo.
  Temerás, lo sé.
  Pues así como el amor se extienda, el vacío también lo ocupará todo.
  Y una parte de ti, sobre la que se apoyan tus espaldas y tus creencias, se derrumbará.
  Bajo el peso de la nada, tú, ese tú que crees que eres, querrá irse y te sentirás abandonado
  o morderá tu corazón con las mandíbulas más desesperadas
  para poseerte, como siempre.

Cuando note a ambos, ininterrumpidamente presentes
el vacío y el amor
en cada gesto, cada acción y palabra
cuando la dicotomía desaparezca,
que venga a buscar su nombre.


KPV Juny/2017

dimarts, 27 de juny del 2017

Mi corazón me habla

Está todo tan tranquilo ahora
que puedo escuchar a mi corazón hablándome.

Se fueron los incendiados desacuerdos
que se dejaron sin resolver con un poco de apasionada cama.
Nunca el sexo fue un placer tan chillón e inútil.
Cuando ahora conozco mi cuerpo, mi yo misma,
y soy la experta guía de los pocos elegidos,
que sobrevivirán al escrutinio de sí mismos.


Esta calma que una vez me pareció tan agobiante
pues me recordaba a aquel lejano trato silencioso:
Cómo no dudar de ti misma
cuando mientras te expresas
quién te protege con aparente eficacia
te lastima con su frustración o su amargura.

No os pongáis a merced
de quién no se sepa amar a sí mismo.
Ni intentéis amar a otros
sin querer vuestro bien primero.
¿Cómo si no, conocer el límite del maltrato?
Que podéis causar,
que podéis recibir...

No malgastéis vuestros tiempos,
con vacuas experiencias
que se repiten y se repiten...


Mi corazón me habla, ahora que todo calla.
Calma, serenidad, saber, alegría.

KPV Juny/2017


Llegando tras el viento

Cuelgan las luces sobre el filo de la ventana.
Acompañan brevemente al viento que se desplaza junto al camino
encabritado
parece tirar del amanecer y acercarlo desde las montañas.
Entrechocando sin apenas ruido, se diría que unas pocas estrellas titilantes
han bajado del nocturno cielo para observar la mañana que las disuelve con su brillo.

Ella observa las luces y sonríe.
Unos mechones de cabello se escurren por su nariz
para besarle los labios
pero ella, distraída, no se deja.
Se acerca a la puerta bajo el porche
que huele a café y a hoguera recién hecha.
Y descalzando antes sus botas, entra.

Durante unos instantes el placer de caminar
dentro de los gruesos calcetines y sobre la maciza madera
la sobrecoge.
Recorre la distancia hasta las primeras mesas
con los ojos entornados y la boca abierta
y aún sin ruido
su cara construye un gemido, un ronroneo de puro deleite.

El joven tras la barra la observa divertido.

He caminado tras el viento desde media noche,
-dice ella.
Él asiente y entiende.
El viento se lleva el camino fácil
se lleva el olor de las plantas
y el polvo suave.

Él quería llegar antes, y contarnos que venías,
- le explica él con voz sedosa.
Ella asiente y entiende.
El viento es hijo de aquellas tierras
las ama
y la llegada de una bruja
es una alegría, una sorpresa y una amenaza.

KPV Juny/2017

dimarts, 30 de maig del 2017

Tus temores, no son mi vida

Devoro con mis dientes interiores los temores que me expresas.
Intento hacerlos trizas tan rápido como puedo,
antes,
de asimilarlos
de olvidar que no eran míos
-seguramente tampoco era tuyos-
¿De quién eran?
Tan difícil de encontrar es el pensamiento genuino.


Abraso con mis ojos tu actitud solícita, tus caricias que me adormecen
tus "dónde vas a estar mejor que aquí",
- en este lugar de sucesos conocidos, de límites imaginables -
- en este vivir de actitudes periódicas, de sorpresas normalizadas -
cuando puede ser en cualquier otro sitio
en el que no necesiten que sea... algo más que yo.
Ni nada menos.
Tan sencillamente yo y mis no hay fronteras, que soy inabarcable.
O en todo caso, todavía no, seguramente nunca no...


Tú, me tocas con tus voces suaves, y huelen a olvido. A muerte del alma.
Tú,
que en vez de aceptar la irremediable muerte de la vida
como excusa brillante para adentrarte de manera
espontánea
perpetúa
sedienta
en su alegría
en la generosidad y humanidad de la existencia compartida...
Reprimes para olvidar - en superficie -
el sentimiento de horror.

Leí:
Quien reprime su dolor
en vez de sobrepasarlo y aprender
achata cualquier esfera de su vida.
Y se convierte en un padre para sí, neurótico y amargado.

Entendí:
Quien lo acepta,
como algo que la vida puede traernos,
aunque nunca saliéramos a buscarlo,
deja de ser el niño que se emperra en creer
que sólo la vida sin dolor ni esfuerzo, puede traer la felicidad consigo.


Así que, desde tu parapeto empobrecido decides que "Hoy es por mi bien"
porque me quieres tanto que nada podrías soportar que me pasara.
Y yo, desde el otro lado de la mesa, con la puerta semiabierta
te miro y sabes que te sonrío para no decirte:
¿Cuánta de mi vida necesita tu ansiedad que se malgaste?
¡Cuánta yo debe morir para sentirte acomodado en tu pequeña vida de corazón angustiado!

Se acabó. No me hables más.
Te quiero, padre.
Pero ninguno de tus temores, son mi vida.


KPV Maig / 2017

dimarts, 16 de maig del 2017

Siento que no fueras él

Siento que no fueras tú. Qué tristeza, qué desaliento.
Que no fueras tú quien me espere por las noches para enviarme un último beso.
Quien piense en mi cada mañana cuando me despierto.

Qué pena que tenga que ser otro al que dedique mi amor.
Porque él sí me espera, me abraza, me piensa cada mañana.

Siento que no fueras tú, al que pudiera amar.
Que no fueras tú el que se lo mereciera.

Que sea otro, quien se lo gana, día tras día.
Al que amo, al que beso, al que abrazo y yo también espero.

Siento que no fueras él. Qué tristeza, qué desaliento.

KPV Març/2017


dimecres, 10 de maig del 2017

Jardín sin dudas

Después de un tiempo
lo que queda es un sentimiento de tristeza
cuando alguien, pequeño de alma, temeroso y desconfiado,
sospechoso de tus palabras y tus actos,
te oprime
hasta que te haces una bola muy apretada de la que ninguna luz 
se escapa

Y después de un tiempo, como os contaba,
cuando de algún modo te liberas
¿Desencanto, abandono, violencia?
Poco a poco la apretada madeja se aligera,
la luz empieza a asomar,
los pequeños brotes reverdecen

Y aún después, eres un jardín sin dudas
y hasta tú misma, que en la oscuridad casi habías olvidado,
te maravillas de lo que puedes crear, ser.

Entonces sientes un pelín de tristeza.
Por aquella pequeña alma, con su miedo,
con su propio ovillo apretado y lleno de angustia

Se pierde
¡No ya las tuyas, sino las propias! 
Las olorosas flores,
los tallos hilvanados hacia el sol.


KPV Maig/2017

diumenge, 9 d’abril del 2017

Magia

Lo siento, corro tanto como puedo,
pero no puedo dejar de llorar.
Ahora que sé cómo
temo que sea demasiado tarde ya.


¿Hiciste eso con tu magia?
Quizás me puedas ayudar.
Te devuelvo tu corazón.
El poder de su llama a ti debe retornar.

No debes caminar sin él. 

Abrazo el plumaje de tu monstruo.
Nada me puede separar.
No temo, sé qué se esconde,
no será tan diferente, verás.


Lo sé. Corro tanto como puedo.
Pero no puedo dejar de llorar.

KPV abril/2017

Querer, aunque esté lloviendo

En todas las ocasiones en las que quise
se me quedaron deberes pendientes.
Me interné en cuestiones vanas
tan alejadas del momento que fue presente
tan sin vivir luego, que ahora sólo son tormento de tiempo perdido.
Perdido en no querer.

Debidamente decido y me dispongo hacer de la próxima
un vuelco consciente
un sagrado propósito de mirar al minuto a la frente
y estamparle mi beso de ojos abiertos y mente presente.

No quiero perderme más el no querer
que se echa demasiado de menos y te muerdes los pies, por querer ahora
lo que no supiste querer de bueno.
Que si he de soñar con lo que viví, que sean amores, no dudas, no más recelos.

Me propongo entonces
querer, aunque sólo sea al nido de mirlos frente a mi ventana.

Será querer, de frente
ya nunca más de lejos,
nunca más querer por la espalda.

Querer, a contracorriente
querer de golpe o sin prisas, querer todas las horas
quererlo todo
querer en babia y querer a chorro
querer a pies juntillas, querer de rabia,
morirse de querer,

querer sólo o con verduras
tú que eres más de querer.. o mar de dudas?
querer en vaso largo, querer por la patilla
agarrar el querer y salir corriendo

Querer con la locura y tropezando
querer, aunque duela
que a fuerza de querer al dolor se lo llevó el viento
querer la última que así se quiere mejor
querer a por todas, querer mucho.


Querer, sinceramente.
Con la mirada y en el silencio
Con la palabra y el abrazo.
Con la dulzura y en la paciencia.
No salir sin querer y querer sin tapadera.
Y querer sin más excusas, porque querer finalmente y sin miedo,
es querer, aunque esté lloviendo.

KPV Abril/2016

dimecres, 1 de febrer del 2017

Sopa de tiempo y relato

Golpeamos los vientos sobre la suave madera
subimos y bajamos como apaciguando el mijo
que nos grita desde el fondo de la garganta negra.

Nos sentimos como en casa entre la maleza
que se pega a nuestros tobillos
a nuestros brazos de cuerpo replegado hacia la tierra.
Somos lengua quieta y consciente silencio
escuchando cómo
suspiran las mieses bamboleándose contra el tiempo.

Durante un tiempo quisimos volvernos locos y dejar de ser nosotros.
Quisimos comprar el frío, pero no supimos dónde lo vendían
pues antes
se lo llevaron aquellos, vestidos de blanco, sobre sus caballos.
Nosotros que somos hijos del sol y nuestros pies, padres del suelo,
quisimos ser dueños de nuestros hermanos.
Pero las almas ligeras e irrefrenables de nuestros antepasados
vinieron a vernos para guiarnos
subieron los peldaños
hasta los pequeños y singulares escondrijos
donde la libertad sigue estando.
Y recordamos y nos reímos y sentimos pena por casi nosotros
y por todos los blancos tiritando sobre sus caballos.

Ulula el nduk sobre la abure.

Ya entonces se acaba el silencio
y volvemos a sacar nuestros aros brillantes
y nuestras telas que se ensanchan sobre nuestras piernas.
Machacamos unas palabras recién recogidas con las piedras de fuego
subimos y bajamos como apaciguando el cuento
que nos grita desde el fondo de la historia, oscura y antigua.
Nos sentimos como en casa junto a la hoguera.
Vertemos las horas en el cuenco y nos bebemos el tiempo
tan calentito.
Sabe a la sombra del ala que se adormece mientras nos cobija.
Después desmenuzamos sopas de relato.
Si saben a embuste, las risas se nos enganchan entre los dientes.
Esas nos gustan.
Y también las de nuestras guerreras y nuestras brujas,
¡Más sabias que cien chiles picantes! dicen ellas.
Y empiezan a contarnos y nosotros sorbemos
y nuestras barrigas y corazones
se llenan de tiempo y relato.

KPV Febrer/2017




dimecres, 25 de gener del 2017

Nuestra historia

Me perdí.
Y estuve callejeando por la vida,
descubriendo anécdotas en sombra
y aventuras anchas y muy transitadas.

Hasta que llegué a su relato.
Me abrió y me invitó a pasar
y resultó que vivía en una historia maravillosa.
Con una larga narración que se abría a ambos lados,
a cuentos, sueños y descripciones bañadas por el sol.

Después de algunas historietas
sabíamos que nos gustábamos mucho.

Y a partir de entonces
paso algunos días en su historia.
Y él otros en la mía.
O no.
Y unos días después
venimos cargados de viñetas que se bambolean con el viento.

Sin querer y también queriendo
estamos construyendo una historia juntos.
No es muy grande por ahora,
pero a nosotros ya nos está bien.
Hemos plantado semillas
y en primavera tendremos el jardín pletórico de chistes y visiones.
Amamos recorrer el bosque
en busca de parábolas y alegorías
que colgamos y secamos al sol y así
cocinar juntos algún guiso de mito o unos poemas a la marinera.

Esto de vivir, se está volviendo fabuloso.

KPV Gener/2017