sentimientos que quizás uniste a mensajes
lanzados en vídeos, en imágenes,
a ver si caían sobre mi pelo
cuando saliera a buscar la lluvia
para ocultar todas las lágrimas
de mi cara, de mi piel empapada en ti.
Jamás supe cuánto llegaste a quererme.
Pero si ahora es momento de seguir adelante,
vamos, desatemos nuestras cuerdas,
liberemos también nuestras almas de nuestro cerebro.
No puede haber dolor, donde el amor espera.
Si todo esto fue juego o amor en pequeñas lecciones de tristeza
quizás valga la pena reír, darle vueltas al libro y lanzarlo lejos.
De todo lo aprendido me queda una sonrisa puesta.
Y como un regalo, tu mirada sobre mi, no quiero devolvértela.
Para los que creían en el amor y siguen queriendo hacerlo
un secreto: no se fue con él.
Sigue dentro de mi,
aún más gigante.
Lo he visto sentado de espaldas
con las piernas colgando fuera,
mirando todo con ojos nuevos.
El mío, se pinta las uñas de azul,
y está aprendiendo a bailar suelto.
Y se le escapa la arruga de los labios hacia arriba con cualquiera.
Con la luz sobre las gotas en la acera, sacando música de la lluvia que se aleja.
Con el gesto de una brizna de hierba, cuando se deja besar con ojos cerrados,
por la suave brisa que la atraviesa.
Para los que quieren creer en el amor
que sepan
que aunque parezca un loco,
lo es,
y cuando te susurra al oído,
su canto ya no te deja...
KPV Octubre/2012
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