hecha un remolino dorado de viento.
Atrapa a los incautos
con sus dedos de risas
y oye, son pegajosísimas.
Mirad, ya llega
con su trote de mariposa
vaciando nuestros bolsillos
de rincones oscuros.
Es increíble, se los lleva en volandas,
no le pesan.
Venga, dejadle sitio
que se siente entre nosotros.
Cuenta unas historias fantásticas!
Entonces olvidamos qué nos desesperaba
pues su voz es un torrente tranquilo
y la verdad se ve ahora tan clara...
Y de pronto nos sentimos tan bien
que recordamos que vivimos
y las ganas nos vencen.
Y de pronto aprendemos
que nuestras fuerzas nos estaban esperando
y que quieren salir bailando.
Y de pronto recordamos
que sabemos perdonar y volver a querer.
Que podemos convertir el lamento en un canto potente
que rebrota esperanzas que despertaran junto a mi cama en la mañana.
Que las penas en verdad son humo,
vapores encerrados en nuestro cuerpo
y que saltando se van todas,
no les gustan nuestros bailes, que nos abracemos.
Que la felicidad ha venido a vernos
y nos ha pedido quedarse mucho tiempo.
Dejadle entrar,
abrid puertas, ventanas, brazos, abrigos y sueños.
Que le gusta invadirlo todo,
revolcarse en nuestras almas, recobrar nuestros deseos.
Darnos besitos, muchos, hasta que una sonrisa se nos prenda dentro.
KPV Febrer/2012
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