tan lejos de los senderos que tú y yo recorrimos juntos.
Aunque echarte de menos ya no sea una carga constante,
cuando los días sin ti ya no son neblina que inquieta
un pequeño dolor que pesa tanto.
Cuando pienses que ya no te recuerdo
que nada en mi retiene
alguno de aquellos fuertes sentimientos.
Aunque así sea,
aunque me observes desde lejos tan ocupada
tan viva, tan bien sin ti.
Siempre podrás encontrarme.
Si tú quieres, si lo necesitas
siempre habrá,
una pequeña sonrisa que regalarte
un último escrito que enviarte,
otro paseo que andar juntos.
Y mientras, el tiempo no ha dejado de arrastrarnos
desimantándonos del hechizo extraño que nos quiso unidos
aquel que vio en nosotros cabos de un mismo cordel
anudados tan por dentro que no le creímos.
Pero quizás no se equivocó, sólo suspiró, se detuvo y espera.
Que en el tiempo entre vidas todo futuro mágico es posible.
Y por eso veo que sonríe y sabe, que si gritas,
que si gritas con el corazón mi nombre
cuando aquellos nudos aprieten tu espíritu demasiado fuerte,
sabe que yo sin saber por qué
puedo alzar la mirada y ver en cada gota
deslizándose sobre la hoja fresca
un cariño transparente que por dentro se asemeja
al recuerdo de tu voz llamándome
y el aire que me rodea se espesara de pronto
empujándome, devolviéndome entonces
allá donde siempre podrás encontrarme.
KPV Novembre/2012
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