respirar...
Pude haberme ahogado
haber vivido en ese sueño en el que ya estaba muerta
acabar con mi vida en la fantasía en la que me hallaba disuelta
echando de menos mis versos que tanto habían oscurecido
matarme con el infalible filo de mi mente
obsesionada con no sentir
y al mismo tiempo recordar, enloquecer y volver a morir,
fascinada con hacer de mi desánimo el mullido abrigo de mis años venideros
dejarme atrás...
Pude, pero no lo hice.
Sí que a ratos deambulaba, pero me decía: anda, anda
arma de sonrisas la cara bonita y camina, camina, no te salgas.
Llegué a creer que no existiría después de ti.
Que locura, cuando antes ya lo hice.
Quién me explicó tanta mentira,
que me llevó a pensar
que sin otro, sin ti, quizás
no puedo continuar.
Después de ti, sí estoy aquí después de ti.
Después de ti, hay sonrisas para mí
y donde no había silencio ahora también hay canciones
así que cállate y déjame danzar
despacito calle abajo
cantándome a mi, también ahora a mí.
Como antes ya lo hacía.
Después de ti, sí aquí sigo adelante después de ti.
Después de ti, el mundo aparece ante mí
explicándome que los caminos del castigo sólo hablan así
como tú lo hacías,
impidiéndome respirar,
así que cállate y déjame sentir
que puedo de nuevo amar sin pudor todas las cosas
poseer sólo las sonrisas prestadas,
las sombras de otras manos sobre mis hombros,
las miradas que sin palabras besan
atesorar caricias de sol, palabras que no condenan,
secretos de amigos que lo son todo
mis sueños
ansiar sólo la alegría de conversar con la gente que te ayuda a resurgir...
... y retener nada, que quiera danzar solo, despacito, calle abajo.
KPV Desembre/2012
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