y una nube de palabras entorpece mi tiempo
diurno
sobre un fondo tan blanco.
Entorno los párpados
o en torno de todo lo que miro
presiento
distingo
algo que no se parece a nada.
Recuerdo
las palabras en mi mente con su voz
"no te enteras de nada, para qué me sirves?"
y yo que me sentí tan humillada
por no ser tan eficiente en este mundo
en esta manera de vivir exterior que me gusta tan poco
no alcancé a decirnos:
"¿Acaso sabes tú, ego devorador, algo del inconmensurable universo del alma?".
Pues calla.
KPV Juliol/2016
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