dijous, 28 de juny del 2012

Te pido al destino

El destino es un camino que vivimos como un sueño,
que agitamos ante nuestros ojos para sentirnos
esperanzados,
los brazos que nos esperan en un porvenir maravilloso.
Pero somos
marionetas de nuestra mente que nos engañó
por no decidirnos.
Redes que cosimos construyéndonos peligros,
azotes de un viento que nosotros mismos soplamos
para adorarnos en un tiempo infinito
las penas y miserias que, con mucho cariño, adornamos.

El destino me dice que pronto serás mío
y yo le pregunto por qué no ahora
por qué un mañana que aún y aún no llega
que se me aparece tan lejos como pueden correr
mis dedos galgos tras tus pasos huidizos.
Y navego esta espera, esta dulce espera sin tu cariño
como un pago, un divino pago de un destino que quizás,
al final,
me será prohibido. No será.

Y yo le pido al destino,
O sea a mí. Y a tí.
Que se deje de farándulas y cantos ensoñados
y te traiga
enterito hasta mi cuerpo despertado.
Que yo, ya me quedo con lo que eres.
O como seas.
Pero piel con piel en imperfecciones,
en humana y franca belleza.

Que soñarte está muy bien.
Pero te prefiero entorpeciéndome el destino,
robándome las sábanas a media noche, mientras de verdad soñamos
poniéndole trabas a mis pensamientos, mientras de verdad discutimos
queriéndonos, mientras de verdad, tropezando, nos amamos.

KPV Juny/2012