divendres, 2 de gener del 2015

Vete, vete, vete!!!

Vete, vete, vete!!!

Y sólo mis pies te hicieron caso.
Mis pies, que ahora andan hundidos entre las tinieblas
o quizás camino del revés
y están fuera,
atmosféricamente liberados.
O son dardos,
apartando la noche
con las puntas azules.
Ese azul que confunde a las aves
que vigilan
eternamente
para que no salgas
disparado del revés
hacia la nada.
Para que no vengas a caminar
entre los pastos negros
a enseñar tus carnes a los dioses
a trasplantar tu alma
a otras tierras
que no sabrán
los pecados cómo huelen
a que saben
las mentiras
que siempre te cuentas. Todas las que contaste.
Que eres un bicho. Azul pero un bicho.
Y te comerás sus brotes.


Tres veces me dijo que me fuera
y sólo mis pies le hicieron caso.

Mi cabeza sigue hundida en ese mundo tendido.

En esa fina capa extraplana
que aguanta el peso
insoportable
de tantos balazos de frente
de tantos mordiscos.
Que sé, que cuando cae la noche
susurra lágrimas hacia el cielo.
Donde los ojos de los dioses atmosféricos
tragan heridas trasplantadas
brotes de cólera retorcida
creyendo que son alhajas
tesoros gratuitos
de un mundo que por lejano, inalcanzable,
resulta tan maravilloso.

Pero no. Es nuestra basura.
La que no nos cabe ya en el fondo de nosotros.
Y resuelve desincrustarse para viajar hacia arriba.

Y así, mis pies, acompañados de regalos a los dioses,
- que allí en su mundo son tan tontos como nosotros aquí en el nuestro -
entran en el fuera del cielo
para que mis uñas azules no se mojen cuando la tierra llueva de nuevo.

Por que me dijiste muchas veces que me fuera.
Pero mi cabeza no tiene pies y mi corazón no tiene orejas.



KPV Gener/2015