doy rinda suelta a tantos hondos pecados
que mi estirpe
reservó para mi sueño.
Rehuyo del fastidio de la losa continua
que me brinda un camino soslayado de monsergas, ropajes incómodos,
temáticas adocenadas,
tachonado de parámetros absurdos, lerdos.
No me hallo con ganas de saberme buena.
De sentirme dichosa cada esquina que amontono en mi hombro,
junto con mi arenga perfecta.
Las dos cosas al bolso del olvido por un tiempo.
Quizás me lo deje en algún asiento ferroviario.
No quiero saber ni qué me dijiste ni porque no te callaste.
Atente a las consecuencias de abrir la boca hacia el mundo.
Tus palabras son un regalo o un mordisco.
Tu boca se abre y los sonidos que transmite, ya no son tuyos: Tu visión ha muerto.
Debí comprender que las preciosas esquinas,
las ociosas esquinas... tendrían pinchos en los sobacos.
Y alarmas en los hocicos.
Y ojos entrelazados.
Y así sabrían.
En que instante perfectamente aislado yo me mentía.
Me decía unas palabras
y me cosía con ellas una realidad palpable, digerible.
Hop! Estúpida Vestida
Acceder a ese vacío que no tiene asideros me da vomitera,
porque para ser infinito parece estanco,
porque para no tener puertas, podría no tener ventanas,
ni señales luminosas de salida de emergencia.
Esta vez no servirá con cerrar los ojos y pegarse un subidón hasta las cejas.
Esta vez, las luces estarán todas abiertas.
Los espejos seguirán mi vuelo de burbuja.
Y cuando las cosas me hablen y yo oiga torturas,
tendré que sentarme a besarlas,
acariciarles el plumaje hasta que me sienta cómoda en esa pose descolgada,
en esa falta de casi todo,
en esa humilde pequeñez que es el yo contenedor que embellezco con cada vuelta de cerebro.
Al cual me siento tan prendida... que me posee.
Hop! Al vacío. Apartaos que viene..... una Estúpida Desnuda de caída libre al desconcierto.
A la nadería.
A las emociones negativas que me alcanzan y resultan
abrazos dolorosos de puro entendimiento.
KPV Desembre/2014
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