dimarts, 27 de juny del 2017

Llegando tras el viento

Cuelgan las luces sobre el filo de la ventana.
Acompañan brevemente al viento que se desplaza junto al camino
encabritado
parece tirar del amanecer y acercarlo desde las montañas.
Entrechocando sin apenas ruido, se diría que unas pocas estrellas titilantes
han bajado del nocturno cielo para observar la mañana que las disuelve con su brillo.

Ella observa las luces y sonríe.
Unos mechones de cabello se escurren por su nariz
para besarle los labios
pero ella, distraída, no se deja.
Se acerca a la puerta bajo el porche
que huele a café y a hoguera recién hecha.
Y descalzando antes sus botas, entra.

Durante unos instantes el placer de caminar
dentro de los gruesos calcetines y sobre la maciza madera
la sobrecoge.
Recorre la distancia hasta las primeras mesas
con los ojos entornados y la boca abierta
y aún sin ruido
su cara construye un gemido, un ronroneo de puro deleite.

El joven tras la barra la observa divertido.

He caminado tras el viento desde media noche,
-dice ella.
Él asiente y entiende.
El viento se lleva el camino fácil
se lleva el olor de las plantas
y el polvo suave.

Él quería llegar antes, y contarnos que venías,
- le explica él con voz sedosa.
Ella asiente y entiende.
El viento es hijo de aquellas tierras
las ama
y la llegada de una bruja
es una alegría, una sorpresa y una amenaza.

KPV Juny/2017