dimarts, 16 de juny del 2015

De pececillos

A ti, que me enseñaste el significado de Distopia y Conexión Sorprendente: Mi Alma Ingeniera.

Ves ese vacío que se abre entre tu mano, la mía
a la distancia de un beso
han aparcado los gigantes del sueño
en sus grandes espaldas
estructuras con los ojos cerrados
traen,
dormitando historias acuáticas,
briznas de olvido
que se susurran en pausas de quehaceres alados
sobre la hierba.
Luego, los mecanos del tiempo breve,
de las crónicas ensaladas
armaran testigos de nuestros ojos
para vigilar si ya se posaron, las memorias, en nuestras mentes.

Nuestras mentes
que nacieron juntas en algún lugar plegado 
chorreante de cuatro tiempos: 
me admites, te comprendo, nos expandimos,
el tiempo se detiene y nos inspira: y a la primera chispalabra....
estallan nuestras risas de entendimiento.

Abren sus ojos las estructuras de pececillos recién descubiertos
en el oleaje sediento de caricias, desprovisto de brazos
que lame con fruición sus cuerpecillos impetuosos.
En el olor cronológico de las gotas ordenadas en el mar,
con nuestras colosales narices,
sabremos encontrarnos.
Han llamado a filas, a nuestra guerra de dos caballos.

Luchamos, para rozarnos las heridas con sosiego.
Para sacar a nuestra esencia de su ingenio protector.

Y así,
termino rindiéndome a los logros de tu espíritu
conformar mi alma
despertar mis ansias de explotar con cada suspiro.
Es
en la suave convicción del que, conociendo la derrota,
sale a navegar sin amarras,
donde hallo vestigios de mi insondable deseo de quietud,
en peripecias de vidrio inestable.


Cada acápite de este poema escrito contigo
con espontáneas ideas que nos vamos tendiendo,
acrecentando el promontorio de sorpresas donde nos arrellanamos juntos,
es un indicio
provocador, pendenciero,
de que en ese universo contiguo
también nos estuvimos besando.

KPV Juny / 2015